Según una investigación realizada por la Universidad de Michigan los matrimonios que beben en pareja son más estables y felices

Las parejas con los mismos hábitos de consumo tienden a ser más estables y felices que aquellos en los que sólo uno de la pareja es consumidor, según un estudio reciente de la Universidad de Michigan.

Las mujeres en particular suelen ser menos felices si beben y su marido no lo hace, dijeron los investigadores.

De hecho, para los investigadores la felicidad era independiente de la cantidad que se consumían; y si estaba correlacionada con si lo hacían en pareja o no.

La autora del estudio, la Dra. Kira Birditt, de la Universidad de Michigan, explicó para Reuters: «No estamos sugiriendo que las personas deben beber más o cambiar sus hábitos de consumo. No estamos seguros de por qué ocurre esto, pero podría ser que las parejas que realizan más actividades sociales en su tiempo libre juntos, tienen una mejor calidad de vida». En otras palabras, la bebida podría ser el nexo de unión pero no sería la única razón por la que son más felices.

Para llegar a sus conclusiones, el equipo analizó las respuestas de 2.767 parejas casadas que participaron en la Encuesta de Salud y Jubilación a largo plazo. Entre 2006 y 2016, las personas participantes en el estudio tenían una entrevista cara a cara con los investigadores, respondiendo cuestionarios sobre sus hábitos de consumo y situación personal.

Entre otros datos, revelaron si bebían, cuántos días a la semana bebían y el número de bebidas que consumían en una sesión. Las parejas estaban casadas durante un promedio de 33 años y alrededor de dos tercios estaban en su primer matrimonio.

Por otro lado respondieron a preguntas acerca de la calidad de su matrimonio, incluyendo si creían que sus cónyuges eran demasiados exigentes o demasiados críticos, si su cónyuge era fiable cuando necesitaban ayuda o si su cónyuge se irritaba frecuentemente.

Los investigadores encontraron en sus resultados que en más de la mitad de las parejas, ambos cónyuges eran bebedores.

De los resultados también comprobaron que los maridos eran más propensos a beber que las esposas, y que para las esposas había un problema cuando ellas no bebían y su cónyuge lo hacía. Pero cuando las esposas bebían y los maridos no, ellas informaban en los cuestionarios que estaban muy satisfechas con su matrimonio.

«El estudio muestra que no se trata de la cantidad que beben las parejas, sino del hecho de que lo hagan juntos» explicó la Dra. Birditt. «El estudio también muestra que las parejas se influyen entre sí, sobre todo cuando se jubilan y pasan más tiempo juntos», explica Birditt.

Otra de las conclusiones del estudio, según la Dra. Birditt, es que cuando uno de los cónyuges deja de beber por alguna razón, la pareja adopta la misma acción aunque no tenga por qué hacerlo.

El Dr. Fred Blow, también de la Universidad de Michigan, señaló que en torno al 20 por ciento de los hombres y el 6 por ciento de las mujeres del estudio se clasificaron como consumidores no moderados (abuso de alcohol) y presentaban algún problema con la bebida y que en estos casos sus relaciones eran «perturbadoras».